La Cirugía de Remodelación Facial consigue realizar cambios en la estructura y perfiles de la cara, actuando principalmente sobre ó en huesos faciales tales como mandíbula, pómulos, maxilares y nariz.
La remodelación de ciertos ángulos de la cara, prominencias o depresiones sirven para dar carácter a una cara o por el contrario para suavizarla. El desequilibrio de la forma externa del rostro o la deformidad facial no sólo pueden provocar trastornos de la fisiología corporal (dificultades respiratorias, infecciones recurrentes de las vías aéreas…, etc.) sino que, también, suelen ser motivo de burla en niños y jóvenes causando, en quienes las padecen, trastornos de personalidad y dificultades importantes para relacionarse con los demás.
Por otra parte, pequeñas irregularidades en el desarrollo facial pueden determinar modificaciones de la personalidad por sus implicaciones en la comunicación no verbal, es decir, un mentón retraído trasmite una personalidad débil mientras que una mandíbula sólida da sensación de fuerza y carácter.
Esta situación tiene solución quirúrgica y mediante ella podemos modelar el rostro tanto con rellenos (cuando falta volumen) como con retirada de excesos, consiguiendo devolverle juventud al rostro además de facciones más armónicas.