Los localizados en escote, mamas y cuello son los más antiestéticos, aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Los más habituales son los nevus melanocíticos.
Los lunares se consideran un tipo de lesión cutánea en el que se aprecia una coloración más intensa de la piel, producida por un aumento de la concentración de melanocitos o melanina que tenemos en nuestra piel.
La melanina es el pigmento responsable de la coloración de nuestra piel.
Aunque estas lesiones cutáneas suelen ser benignas en su mayoría, se aconseja que sean controladas ante la posibilidad de una lesión que pueda derivar a maligna y degenerar hacia un melanoma, un tipo agresivo de cáncer de piel.
La mayoría de los lunares podrán ser extirpados en una única sesión, aunque el proceso de cicatrización puede durar alrededor de 15 días, y no suele ser necesario llevar ningún apósito ni vendaje tras las intervención.